¿Estás triste y atribulada?

La tristeza suele gobernarnos

Comparto contigo las palabras de Isaías 41, hablando a los que creen en Él. Primero te hace ver quién realmente es Dios, diciendo lo siguiente:

Escuchadme, los que creéis en Dios, y esforzaos; Acerquémonos, y hablemos; estemos juntamente a juicio. Quién despertó del oriente al justo, lo llamó para que le siguiese, entregó delante de él naciones, y le hizo enseñorear de reyes; ¿los entregó a su espada como polvo, como hojarasca que su arco arrebata?  Los siguió, pasó en paz por camino por donde sus pies nunca habían entrado. ¿Quién hizo y realizó esto? ¿Quién llama las generaciones desde el principio? Es Dios, el primero, y Él mismo con los postreros. Las costas vieron, y tuvieron temor; los confines de la tierra se espantaron; se congregaron, y vinieron. Cada cual ayudó a su vecino, y a su hermano dijo: Esfuérzate. El carpintero animó al platero, y el que alisaba con martillo al que batía en el yunque, diciendo: Buena está la soldadura; y lo afirmó con clavos, para que no se moviese.

En el siguiente párrafo es para dar a conocer quién realmente eres tú, cuál es tu descendencia y que significan los que se enfrentan y enojan contigo.

Pero tú, que me escuchas, servidor de Dios; tú, que cada día confías en Dios, a quien Él escogió, eres descendencia de Abraham su amigo. Porque te tomó de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamó, y te dijo: Mi hija o mi hijo eres tú; te escogí, y no te deseché. No temas, porque Él está contigo; no desmayes, porque Él es tu Dios que te esfuerza; siempre te ayudará, siempre te sustentará con la diestra de su justicia. He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo. Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra. Porque Dios es tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.

No temáis, fatigados y confundidos estáis, oh vosotros los pocos que creéis en Dios; Dios es tu socorro, Él lo dice en su Palabra; Él es tu Redentor. He aquí que Él te ha dado las herramientas, las fuerzas, la sabiduría para recoger el fruto de tu trabajo; para luego poder regocijarte en Dios y al mismo tiempo gloriarte en el Santo.

Si estás afligida y menesterosa buscando las aguas, y no las hay; seca está de sed tu lengua; Dios te oirá, nuestro Dios no te desamparará. En las alturas abrirá ríos, y fuentes en medio de los valles; abrirá en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca. Dará en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondrá en la soledad cipreses, pinos y bojes juntamente, para que veas y conozcas, y adviertas y entiendan todos, que la mano de Dios hace esto, y que Él mismo lo creó.

Si estás triste, temeroso, con necesidades, no ves soluciones a tus problemas, enfrentándote a las burlas continuas, al desahucio, te invito a volver tu mirada hacia el cielo y contemplar la hermosura del firmamento he invitar al creador Dios a que te ayude y manifieste su bendito amor en tu corazón.

Él envió a su único hijo a dar su vida para que tu vivas una vida en abundancia de paz, de gozo, tranquilidad, fe al lado de tu maravillosa familia. Te motivo a invitar a Jesucristo en tu corazón.

Recuerda que la tristeza suele gobernarnos, "No la dejes gobernar tu vida"